Ötto_Bus. Autobús. 2008.

Cualquier mujer sabe que si se viste con rayas horizontales va a parecer más anchita que si se viste con rayas verticales, que estilizan la figura. Si no me cree pregunte a su mujer.

Las acentuadas líneas horizontales del frontal y de la trasera de esta carrocería, ensanchan la imagen del autobús, le hacen parecer más ancho. Muchos autobuses que se ven por las carreteras tienen pronunciadas líneas verticales, que los hacen parecer más estrechos y altos. Eso da un aspecto de inestabilidad. Los vehículos más estables son anchos y bajos, y suelen ser vehículos codiciados. Sin duda un buen referente para nuestro diseño.

Por otra parte, la marcada línea lateral -que nace en los faros y muere en los pilotos traseros- dota a toda la carrocería de coherencia formal; es decir, que une visualmente todo el conjunto, la lectura del mismo es de unidad. Esto acaso le suene a milonga. Vaya al garaje y fíjese en su coche. Elija una de las líneas cercanas a la calandra o a los faros, verá cómo se desplaza hacia el lateral, camina sobre él y termina en los pilotos traseros. Incluso es probable que rodee todo el coche y vuelva por el otro lateral hasta el otro faro. Si esta línea se disuelve en el lateral, otra que juega con la anterior continuará con el camino. Curioso, ¿verdad? Por eso, cuando esto sucede, vemos el diseño del coche como bello o, por lo menos, armonioso. En la carrocería de este autobús observamos un efecto similar. Además esta línea, por su posición, parte el lateral del vehículo en dos, alargando así su visual y estilizando los laterales.