diseñador industrial valencia Arturo del Saz Salazar
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Valencia · España
diseñador industrial
 
ARMADOR PRIVADO. Barco Pilar. 2017.

Acaso la palabra "pasión" se trata con cierta banalidad. Acaso se use con demasiada frecuencia: pasión por esto, por lo otro, sentimos pasión por aquello... Pero después de diseñar un barco, me da que la pasión es más, mucho más, incluso demasiado.

Diseñar un barco te absorbe por completo, te apasiona (¡sin duda!) y te atrapa irremediablemente. No puedes pensar en nada más, no puedes sentir nada más. Te despiertas, comes, duermes con barco. Barco a todas horas. Y es que un barco lo tiene todo, espacio para el estilo y mucho diseño industrial. Para el primero tienes un excelente y amplio soporte para hacer fluir las líneas, llevarlas, traerlas, que conuyan o diverjan con donaire... Es maravilloso. Pero no más que lo que se goza dando soluciones de diseño a cada mecanismo, distribuyendo ergononómicamente los mandos en la consola, meditando el paso por las cubiertas, midiendo al armador para hacerlo todo a su medida, a su justa medida.

Bendito armador, trabajar con él ha sido un placer, desde el minuto uno hasta el final. Un verdadero experto en náutica que cordialmente modelaba el diseño que iba surgiendo día a día. Libertad y medios, qué más se puede pedir.

Pues unos proveedores a la altura. Y lo han estado, casi todos. He encontrado manos magníficas para sacar adelante este proyecto. Los hábiles modelistas Paco Torres, José Luis Alvarez y David, que nos hicieron la consola con la pericia y medios que sólo se pueden encontrar aquí en Valencia. El gran Vicente Mas, no sólo por su tamaño si no sobretodo por su talento, acompañado de las soldaduras del diestro francés y del astuto Miguel Ángel, que lo busca y lo encuentra todo. Al amigo Cervelo que se encargó donosamente de una de las claves del barco: los flotadores. A los hermanos Martínez Abellá y su padre, a los que les gustan los retos y a fe que los resuelven con soltura inusitada. Cómo no recordar y agradecer a los siempre dispuestos hermanos Salom: lo que haga falta con ellos y cuando haga falta. Y más hermanos, los Armero y su ingeniero Miguel: buenos navegantes, personas inteligentes y dispuestas y que gozan de unos medios fabulosos en su empresa. Al metódico y organizado Jose, un mecánico que, por encima de las circunstancias, nos montó los dos potentes motores con sus correspondientes turbojets. El dispuesto Luís que instaló el peculiar sistema eléctrico de Pilar. Al hábil Seref, que en perfecto turco supo laminar fuertemente a nuestra querida Pilar, junto con los eficaces Leo, Emilio, Fran, Samuel y Alex que tanto colaboraron con su buen hacer y criterio. Recordar también a mi colega Marc que, con la ilusión y entrega de sus escasos años, tanto se esforzó para sacar adelante sus deberes. Y, cómo no, a mi apreciado Alvaro del Valle. Carpintero de ribera, como él dice. Un artista, de carácter y manos, con el que he disfrutado de lo lindo haciendo este barco y charlando de todo (de todo y mucho).

Gracias a todos vosotros esto ha sido posible. Ahora a por más, ¿acaso un velero, Alberto?